Solo te pido que congeles las horas, haz que no pasen los días, pégate a mí. Solo déjame estar contigo un rato más. Que la vida me sonríe desde que esa alegría tan tonta me despierta cada día, desde que vivo en las nubes de tu pelo. Y si quieres nos quedamos cerca del suelo, yo ya no necesito el cielo si tú no estás en él.
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